El módulo de aterrizaje privado Peregrine Moon de Astrobotic se está quedando sin tiempo después de sufrir una fuga crítica de combustible poco después del lanzamiento al espacio en las primeras horas del lunes (8 de enero).
Un módulo de aterrizaje lunar privado estadounidense despegó el lunes durante el impecable primer lanzamiento del nuevo cohete Vulcan Centaur de United Launch Alliance como carga útil principal del propulsor. Sin embargo, horas más tarde, Astrobotic informó que su módulo de aterrizaje lunar Peregrine había encontrado una anomalía en su camino hacia la luna que le impedía orientarse correctamente. Siguieron varias actualizaciones a lo largo del día del lunes, cuando una fotografía tomada por el módulo de aterrizaje mientras estaba en el espacio mostró un aislamiento dañado en la nave espacial, lo que sugiere una fuga en el sistema de propulsión de Peregrine.
«Una fuga de propulsor en curso provocó que los propulsores del Sistema de Control de Actitud (ACS) de la nave espacial operaran más allá de sus ciclos de vida útil esperados, colocando al módulo de aterrizaje en una caída incontrolada», dijo la compañía. X escribió en una publicación (anteriormente Twitter) el lunes por la noche (8 de enero).
La actualización indica que la luna obviamente no ha llegado al módulo de aterrizaje lunar dañado. «Si los propulsores pueden continuar funcionando, creemos que la nave espacial puede continuar en una posición constante apuntando al sol durante aproximadamente 40 horas según el consumo actual de combustible», continúa la actualización de Astrobotic. «En este punto, el objetivo es acercar a Peregrine lo más posible a la Luna antes de que pierda su capacidad de mantener su posición apuntando al Sol y luego pierda potencia».
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Si Peregrine no llega a la superficie lunar, dada su situación actual, se podría perder un gran conjunto de experimentos científicos y cargas útiles comerciales.
El módulo de aterrizaje lunar tiene 20 cargas útiles para clientes, incluidas cinco cargas útiles científicas operadas por la NASA en el marco de su programa Commercial Lunar Payload Services (CLPS), diseñado para estudiar la superficie lunar, la atmósfera y el entorno de radiación. Otro experimento dirigido por la NASA, el Laser Retroreflector Array (LRA), coloca espejos en la superficie lunar para que sirvan como marcadores precisos de distancia y ubicación. La agencia espacial de México tiene cinco rovers autónomos en miniatura a bordo de Peregrine, que lanzará la primera misión lunar del país, y la Universidad Carnegie Mellon tiene a bordo un rover lunar Nano construido por estudiantes.
Algunas cargas útiles comerciales incluyen un fragmento del Monte Everest, restos humanos y reliquias controvertidas de ADN, una pequeña biblioteca y mensajes de personas de todo el mundo. No está claro qué pasará con esas cargas ahora que parece que Peregrine no podrá llegar a la luna.
Peregrine será la primera misión del programa CLPS, cuyo objetivo es acelerar la ciencia lunar colocando experimentos dirigidos por la NASA a bordo de módulos de aterrizaje y naves espaciales comerciales. La próxima misión CLPS está programada para febrero, cuando Intuitive Machines, con sede en Houston, lanzará su módulo de aterrizaje Nova-C a bordo de un cohete SpaceX Falcon 9.