En una revelación inesperada del Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad de Auburn, las colonias de abejas melíferas han demostrado una adaptabilidad y resiliencia increíbles para mantener las estructuras de sus nidos, incluso en medio de perturbaciones severas. Este descubrimiento contrasta con las creencias anteriores y allana el camino para una nueva comprensión de estas complejas criaturas.
El estudio en cuestión, dirigido por un equipo internacional de investigadores, se centró en el intrincado comportamiento tridimensional de construcción de nidos de las colonias de abejas melíferas.
Cómo se llevó a cabo el estudio
Los científicos fueron más allá de los métodos de observación típicos, empleando técnicas no destructivas basadas en fotografías. Esto implicó el uso de marcos de abejas de madera móviles, lo que permitió el monitoreo y análisis continuos del crecimiento y la organización de los nidos sin causar daño a las colonias.
Curiosamente, las abejas construyen rápidamente un nido esférico bien conectado formado por panales paralelos. Estos peines se extienden uniformemente en todas las direcciones desde el punto de origen. Pero, ¿cuán esencial es esta estructura aparentemente estereotipada para el desarrollo y funcionamiento de la colonia?
En un intento por encontrar una respuesta, los investigadores sacudieron las cosas. Reorganizaron al azar los marcos móviles en un grupo de colonias cada semana, creando una interrupción continua en la estructura del nido. La hipótesis inicial era que tales perturbaciones conducirían inevitablemente a una disminución en el rendimiento a nivel de colonia.
Profundizando en busca de respuestas
Pero la realidad era diferente. No hubo disparidades significativas en la población de obreras, el área del panal, el peso de la colmena o la temperatura del nido entre las colonias con estructuras de nido rotas y aquellas que mantuvieron sus arreglos originales. Este resultado sorprendente hizo que los investigadores profundizaran en cómo las abejas pueden compensar las interrupciones repetidas.
«A veces solo tienes que hacer el experimento y ver qué hacen las abejas», dijo el autor principal del estudio, Michael L. Smith.
Lo que encontraron fue fascinante. Al modelar el comportamiento de construcción de la colonia, descubrieron que las colonias de abejas priorizan la conexión estructural al expandir sus nidos.
Incluso después de interrupciones significativas, las abejas reparan activamente las conexiones en la estructura del nido, destacando su adaptabilidad para alterar la forma del panal de acuerdo con el espacio disponible dentro de una cavidad. Este atributo es crucial para la supervivencia en la naturaleza, donde las caries no siempre son regulares.
Lo que los investigadores aprendieron
¿Por qué las abejas enfatizan la conexión del nido? Los investigadores postulan varias razones. Un nido bien conectado minimiza la relación superficie-volumen, mejorando potencialmente la eficiencia de la termorregulación, lo que podría conducir a un mejor desarrollo de las larvas y supervivencia invernal.
Además, una estructura conectada podría facilitar un mejor intercambio de información entre los miembros de la colonia y optimizar las distancias de viaje dentro del nido para actividades esenciales, como la búsqueda de alimento, la alimentación de larvas y la puesta de huevos.
«Todos nos sorprendió que las colonias barajadas funcionaran tan bien», dijo el primer autor del estudio, Peter R. Marting. “Esperábamos que algunas colonias barajadas ni siquiera sobrevivieran al verano. La resiliencia de las abejas nos llevó a observar más de cerca cómo y dónde exactamente los trabajadores agregaban panales nuevos para dar forma a sus nidos y, en última instancia, nos llevó a desarrollar modelos predictivos de crecimiento de panales”.
Este estudio es un paso hacia la comprensión de los mecanismos detrás de las estrategias de construcción adaptativa de estos insectos sociales. Los investigadores creen que los conocimientos sobre tal resiliencia en sistemas complejos podrían tener implicaciones más allá del ámbito de la entomología.
Los hallazgos han sido publicados en la revista Actas de la Royal Society B: Ciencias Biológicas y están disponibles para referencia.
Más sobre las abejas
Las abejas juegan un papel crucial en los ecosistemas como polinizadores clave. Ayudan a fertilizar las flores al transferir el polen de las partes masculinas de una flor a las partes femeninas.
Este proceso de fertilización permite que las plantas produzcan frutos y semillas, lo que lleva a la producción de la gran mayoría de nuestras frutas, nueces y vegetales. No es una exageración decir que sin las abejas, nuestro sistema alimentario estaría gravemente comprometido.
El papel de las abejas no se limita solo a los paisajes agrícolas. También contribuyen significativamente a la polinización de las plantas silvestres, manteniendo así la biodiversidad y la solidez de los hábitats naturales. Los servicios proporcionados por estos insectos sustentan gran parte de los ecosistemas terrestres y su sólido funcionamiento.
Frente a diversas amenazas del cambio climático
Sin embargo, las abejas y otros polinizadores de todo el mundo se enfrentan a numerosas amenazas, una de las cuales es el cambio climático. Los cambios en los patrones climáticos pueden interrumpir el tiempo sincronizado entre las abejas y las plantas con flores.
Si las flores florecen antes o después debido a patrones climáticos inusuales, las abejas pueden perder la oportunidad de buscar comida. Esto podría conducir a una disminución en la disponibilidad de sus fuentes de alimentos, lo que posteriormente afectaría sus tasas de supervivencia y reproducción.
Además, los fenómenos meteorológicos extremos relacionados con el cambio climático, como el calor excesivo, el frío, la sequía o las fuertes lluvias, pueden afectar directamente a la salud y la supervivencia de las abejas. Por ejemplo, las abejas pueden sobrecalentarse y morir durante las olas de calor o volverse inactivas durante las olas de frío, lo que lleva a una disminución de sus poblaciones. Las condiciones climáticas severas también pueden dañar o destruir las colmenas.
El aumento de las temperaturas también altera los rangos geográficos de algunas especies, lo que puede conducir a la pérdida de hábitats adecuados para las abejas. El aumento de las temperaturas podría permitir la propagación de patógenos y plagas a nuevas áreas, lo que representa más amenazas para las abejas.
Pesticidas, enfermedades y otros desafíos para las abejas
En el contexto de las poblaciones de abejas melíferas, el cambio climático puede exacerbar los desafíos que ya enfrentan, como la exposición a pesticidas, la pérdida de hábitat debido a la agricultura y la urbanización, y las enfermedades y plagas. Todos estos factores juntos contribuyen a la preocupante disminución de las poblaciones de abejas melíferas observada en los últimos años.
Proteger y promover la salud de las abejas melíferas no solo es importante para preservar la biodiversidad, sino que también es crucial para nuestra seguridad alimentaria. Por lo tanto, existe una necesidad apremiante de esfuerzos de conservación, prácticas agrícolas sostenibles y medidas proactivas para mitigar el cambio climático para la supervivencia de estos insectos invaluables y, a su vez, la salud de nuestros ecosistemas.
—-
Visítenos en EarthSnap, una aplicación gratuita presentada por Eric Ralls y Earth.com.